Alguno
de ustedes conoce esa antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales
cargaba dos sacos sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas?.
Pues
si no la conocen, ahora mismo se las cuento, a estos hombres que llamaremos
Rafael, Luciano y Mauro.
Cuando
a Rafael le preguntaron qué había en su saco, respondió:
Pues yo cargo todito lo bueno que me ha
podido pasar y me han dado mis amigos en el saco de atrás, que prácticamente ya
no puedo verlos por que están fuera de vista, y al poco tiempo las voy olvidando.
El saco que tengo al frente contiene todas las cosas terribles y feas que me
han pasado en toda mi vida, muy a menudo me paro y saco un recuerdo y las
pienso desde inicio al fin una y otra vez. Me concentro muchísimo en ellas y
las analizo. Toda mi concentración va para ellas.
Y bueno al detenerse a reflexionar por las
cosas pasadas y feas que vivió lo que él logra es avanzar muy poco, ya que se
detiene siempre a pensar y analizar esos momentos.
Cuando
le preguntaron a Luciano qué era lo que llevaba en sus dos sacos, contestó:
En el saco de enfrente están todas las buenas
acciones que he hecho. Y bueno las llevo delante de mí y siempre las saco y las
exhibo para que todo mundo las vea y así la gente sepa lo que he hecho.
Mientras que el saco que llevo atrás contiene
todos mis errores y fracasos. Los llevo conmigo a todos lados. Y sinceramente
es mucho lo que pesan y no me permite avanzar como yo quisiera, pero por alguna
razón no quiero perder esos recuerdos.
Al
preguntarle al Mauro sobre sus sacos, dijo:
El saco que llevo al frente está lleno de
maravillosos pensamientos acerca de la gente positiva, los actos bondadosos que
han realizado y que me dan ejemplo a seguir adelante, y todo cuanto de bueno he
tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho su
peso es como las velas de un barco: lejos de ser una carga, me ayudan a
avanzar.
Por su parte, el saco que llevo a mis
espaldas está vacío, pues le he hecho un gran hueco en el fondo, ahí he puesto todo
lo malo que escuché de los demás, así como todo lo malo que a veces pienso
acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron
para siempre, de modo que ya no hay peso que llevar.
Buena
historia verdad?, la cual nos hace reflexionar mucho, de cómo estamos llevando
nosotros nuestros sacos, de repente seguimos abrumados con el peso de los
pensamientos pasados y negativos, que han generado en nosotros muchos temores y
complejos. Los cuales muchas veces nos hacen poner escudos y armaduras
psicológicas que nos impiden avanzar de ser libres, de vivir.
Cada
uno de nosotros nacemos con la libertad de seleccionar aquellos pensamientos.
Los pensamientos y actitudes negativas nos abruman, nos debilitan, hacen que
nuestra travesía por la vida resulte más difícil, porque nos paramos
lamentando, entorpeciendo nuestra mente y no está bien. Si damos paso a los
pensamientos negativos, nuestras acciones van a ser negativas y peor aún, nos
llevarán a resultados negativos.
Sin
embargo los pensamientos positivos nos llevan mágicamente a propiciar
resultados positivos y la vida se vuelve una aventura mejor, más feliz, y
motivante.
Para
terminar, según escojas tus pensamientos podrás crearte el cielo o el infierno eso
solo depende de Ti... Pídele ayuda al Señor para que actúes como el tercer
hombre de este relato.
Que
tengas un buen día
Hechicera de la Luna